Al terminar la primera mitad Tigre perdía dos cero con goles de Lucas Moura y Osvlado. Cuando el árbitro pitó, se formó una tangana en el centro del campo con jugadores de ambos conjuntos. La cosa no pasó de los típicos empujones y todos se marcharon al túnel de vestuarios. Ahí es donde Gorosito, entrenador de Tigre, asegura que sus jugadores fueron golpeados y amenazados con dos revólveres. Consecuentemente, el equipo argentino decidió no salir al terreno de juego a disputar los segundos cuarenta y cinco minutos y el árbitro dio al Sao Paulo campeón del torneo sin disputar la segunda mitad.
Si los acontecimientos ocurridos en Brasil se certifican marcarían unos de los episodios más tristes del fútbol. Si esto ocurre en una competición continental, no sé qué ocurrirá en partidos de tercera división brasileña.
Según la Conmebol, organismo que rige el fútbol sudamericano, se excusó en las fuerzas de orden público. En su web oficial www.conmebol.com todavía no han confirmado si van a tomar medidas de investigación para solventar los lamentables hechos. La única nota que hay al respecto de la aparición de pistolas en el vestuario es mínima y en tercera persona. Al estar en Brasil, las competencias en materia de seguridad son de los cuerpos nacionales, cosa entendible por otro lado. No obstante desde el club argentino de habla de que la propia seguridad interna del estadio la que amenazó a los Bonaerenses.
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