Hoy el Sevilla F.C un partido con ciertos tintes de final en pleno mes de Septiembre. Algo pronto e inesperado por todos aquellos sevillistas que esperaban un inicio de temporada fulgurante tras 36 millones de euros invertidos en fichajes. A día de hoy la realidad dicta y asevera que el cuadro de Unai Emery es el colista de la clasificación por méritos propios.
El vasco, al que le honra reconocer el error del cambio de Gameiro en Valencia, cada vez le queda menos crédito para convencer a una parroquia hastiada de técnicos desacertados y temporadas llena de sobresaltos. Él mismo asegura que tras 5 jornadas de liga, 5 partidos europeos y 2 meses de trabajo con el equipo no ha dado con la tecla. Desde arriba llegan mensajes subliminales, desde las butacas arriban mensajes nítidos, y de momento Unai Emery sigue empeñado en jugar con Rakitic de pivote.
No voy a ser yo quien discuta variaciones tácticas de fútbol porque por suerte o por desgracia no soy entrenador. Sin embargo, si creo que los jugadores buenos tienen que jugar juntos y esto es lo que ocurre en el caso de Rakitic y Marko Marin. Los dos rubios son claves en el juego de ataque del Sevilla y sin embargo, es todo un dilema hacer hueco en el once para que jueguen y hagan jugar al equipo.
A los mejores hay que sacarles el cien por cien de sus posibilidades porque son los que deciden los partidos, y al fin y al cabo, mantienen a los entrenadores en sus asientos. Emery habla de la incomodidad que tiene Marin para jugar en el costado y por ello juega en la media punta donde se desenvuelve con mayor libertad. Esto afecta a Rakitic, que ve retrasada su posición y se sacrifica por el bien del equipo. ¿por qué no se sacrifica Marin y parte desde una banda? Y lo más importante, ¿por qué el entrenador no decide qué es lo mejor para el equipo? ¿porqué no decide Emery dónde juega cada uno en vez de preguntar tanto a los jugadores?.
En fin, como el Sevilla no gane hoy se va a ver un panorama en el Pizjuán caldeado y de nuevo el clima hostil y preocupante de temporadas pasadas. La plantilla tiene recursos, variantes y posibilidades para estar arriba, pero para lograrlo los buenos tienen que jugar donde son claves. De momento esto no pasa en el Sevilla.
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