lunes, 15 de septiembre de 2014

El Albacete de Chumbi

La situación del Betis cada día está más al límite con toda una Liga por delante, y para muchos  con la mejor plantilla de esta pobre Segunda División. Julio Velázquez ha tardado muy poco en complicarse la vida. El encuentro del pasado domingo ante el Albacete de Chumbi deja mucho que desear, y pronto se puede vivir en Heliópolis un nuevo despido de míster si las cosas no van escribiéndose de tres en tres puntos.

Todo a apunta a que Girona no será la última estación de Julio Velázquez en el Betis, a menos que no se produzca la película que se vivió en el Toralín. No obstante, hay que ir más allá en el análisis de este equipo. Es cierto que la plantilla tiene que ofrecer bastante más, y eso es responsabilidad del entrenador, pero no es menos certero que las incorporaciones de Casado, Molinero, Pacheco o Bruno, las primeras del verano que sirvieron para halagar la planificación de Alexis Trujillo, están cada día más en cuestión.



Parece que con el fichaje de Ndiaye la plantilla y la exigencia quedaban colmadas. A Kadir y Piccini se les espera, pero mucho hay que anotar en el margen de este guión para que el Betis se recomponga. Aún así, a pesar de complicarse la vida una y otra vez lo tiene todo a su favor para arreglarlo. La afición hace bien en pitar y exigir pero no significa que abandone al equipo. Con una defensa calamitosa, (todavía se espera al central), Velázquez tiene poderío arriba como para jugar al golpe a golpe con cualquier rival de la categoría. Por ello, el no marcar y perder los partidos destapa más si cabe el plan tan limitado del entrenador.

Algo, o mucho hay que cambiar. Rubén arriba, quitar los dos pivotes, introducir a Kadir..... lo que sea para que este equipo carbure. Los hombres de fútbol sabrán qué hacer. Velázquez puede mirarse en el espejo de Emery al inicio de la temporada pasada. Los dos tenían y tienen las armas necesarias (quizás algo sobrevaloradas), para plasmar el dibujo táctico que le permita a Velázquez ganarse el pan en el Villamarín. Y si el entrenador no se da cuenta, el consejo de administración está para tomar decisiones y perder poco el tiempo. Ya el año pasado se tardó demasiado en hacer los remiendos y al final todo acabó donde ya saben.

No hay comentarios:

Publicar un comentario