Cornada al técnico y al equipo y con mayúsculas. En el fútbol todo va de la mano, aunque las sensaciones que dejó el partido del Calderón invitan a pensar que Emery se equivocó mucho con el planteamiento del partido ante el Atlético de Madrid.
Los errores pueden ocurrir, un mal partido o una mala lectura del mismo es factible. Lo que no debe ocurrir es que se llegue a una rueda de prensa y se hable del presupuesto antes que realizar un poco de autocrítica. Bajo esta argumentación el Sevilla está obligado siempre a ganarle al Athletic de Bilbao. En definitiva, Unai Emery es experto en colocarse en el ojo del huracán. Gran trabajador de la plantilla, exprime a sus futbolistas al máximo, revaloriza a los jugadores, pero en los partidos de enjundía ante los grandes su bagaje es reservón de todas todas. En 55 partidos como entrenador profesional, en los encuentros ante Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid, la mayoría de ellos entrenando al Valencia y al Sevilla, el técnico de Hondarribia sólo ha logrado la victoria en siete ocasiones. Tres ante el Atlético de Madrid, cuatro frente al Real y ninguna en sus encuentros frente a los culés. Todo esto, al igual que su título de Europa League, está en el haber de Don Unai Emery.
La semana pasada escribía sobre el crecimiento de Emery en la entidad. Sin duda ha crecido con el Sevilla, ha mejorado como técnico. Sin embargo, el preparador vasco todavía tiene esas 'taras' que desde la entidad sevillistas entienden y aceptan. Probablemente, si Emery viera el fútbol desde el área técnica tal y como entrena o prepara la estrategia, el entrenador no estaría en el Sevilla.
Cuando las aficiones se quejan no lo hacen por gusto. En Valencia nunca llegaron a entender ni apreciar a Emery. Ahora, con matices, se entiende por qué. Lo que se vivió en el Calderón no es la primera vez que ocurre ni será la última.
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